Sr. Editor:
En los últimos años se ha incrementado el número de intervenciones transmitidas en directo, generalmente en el contexto de cursos médicos pero, en ocasiones, con cierta polémica1,2. En cardiología, el primer caso de angioplastia coronaria en directo tuvo lugar en Zúrich en 19801,2.
Algunos han manifestado su preocupación por el potencial riesgo del paciente basándose en diversos argumentos y en que podrían no aportar ventajas docentes respecto a casos «enlatados/grabados». Además de la complejidad técnica, se apreciaría cierta presión sobre los operadores. Sin embargo, otros apuestan decididamente por ellos, considerando el valor didáctico que bien realizados y seleccionados pueden tener, sin detrimento en resultados o seguridad3,4. Así, en el estudio VERITAS se compararon 60 retransmisiones de implante percutáneo de válvula aórtica (TAVI) con 42 procedimientos similares de control, y se concluyó que la retransmisión de procedimientos de TAVI por parte de operadores experimentados se puede realizar de manera segura y obteniendo resultados similares a los habituales4.
Además, se han publicado documentos de consenso que ofrecen recomendaciones y se han llevado a cabo reuniones de expertos, auspiciadas entre otras por la Sociedad Europea de Cardiología (VITAL-Live2), para definir la organización de cursos con casos en directo3.
El principal objetivo de este estudio fue conocer la opinión de los profesionales tanto sobre intervenciones realizadas en directo en cursos médicos como sobre aquellas realizadas para público general. Como objetivo secundario se hizo un análisis estratificando en función del perfil profesional (sexo, años de experiencia, disciplina, etc.). Se aplicó una breve encuesta autoadministrada en inglés, en formato Google-forms, que se remitió por correo electrónico a 360 profesionales (cardiología, hemodinámica, electrofisiología, cirugía cardiaca y anestesia) de varios países. Las puntuaciones se evaluaron de 1 a 5, siendo 1 la más desfavorable y 5 la mejor de ellas (más seguridad, más valor educativo). Dicha encuesta se envió el 16 de septiembre de 2019 y no se emitió ningún recordatorio posterior.
Se obtuvieron, en un mes, 99 respuestas válidas: el 65% el mismo día del envío. El 82,8% fueron varones, mayoritariamente especialistas con formación completa (83,8%) y menos residentes o fellows (16,2%). El perfil etario comprendió un 26,3% de participantes de 25-35 años, un 46,5% de 36-45 años y un 27,3% > 45 años. Predominaron los cardiólogos intervencionistas (60,6%), con un 5,1% de electrofisiólogos y un 2% de cirujanos cardiacos; el 30,3% no pertenecieron a ninguno de los mencionados grupos (clínicos, expertos en imagen cardiovascular, etc.) (tabla 1).
Perfil profesional | Valor educativo | Seguridad del paciente | Casos en directo para el público general | |||
---|---|---|---|---|---|---|
Intervencionistas* (N = 67) | 4,12 ± 0,78 | p = 0,11 | 3,63 ± 0,99 | p = 0,25 | 2,76 ± 1,25 | p = 0,66 |
No intervencionistas (N = 32) | 3,81 ± 1,09 | 3,38 ± 1,10 | 2,65 ± 1,17 | |||
Varones (N = 82) | 3,96 ± 0,92 | p = 0,17 | 3,51 ± 1,03 | p = 0,48 | 2,54 ± 1,22 | p = 0,14 |
Mujeres (N = 17) | 4,29 ± 0,77 | 3,71 ± 1,04 | 3,12 ± 1,16 | |||
≤ 45 años (N = 72) | 4,15 ± 0,81 | p = 0,01 | 3,68 ± 0,97 | p = 0,03 | 2,75 ± 1,19 | p = 0,73 |
> 45 años (N = 27) | 3,67 ± 1,03 | 3,19 ± 1,11 | 2,65 ± 1,32 | |||
Residente o fellow (N = 16) | 4,19 ± 0,65 | p = 0,42 | 3,75 ± 1,00 | p = 0,39 | 2,81 ± 1,27 | p = 0,75 |
Adjunto (N = 83) | 3,99 ± 0,94 | 3,51 ± 1,04 | 2,71 ± 1,22 | |||
Ha participadocomooperador (N = 45) | 4,02 ± 0,96 | p = 0,98 | 3,51 ± 0,99 | p = 0,76 | 2,69 ± 1,20 | p = 0,79 |
Nunca ha sidooperador (N = 54) | 4,02 ± 0,85 | 3,57 ± 1,07 | 2,75 ± 1,25 | |||
* Incluyendo cardiólogos intervencionistas, electrofisiólogos y cirujanos. |
Se recogieron respuestas de diversos países (Canadá 1, Cuba 1, República Checa 1, Ecuador 1, Alemania 1, Italia 14, Corea 1, México, 1, Holanda 2, España 69, Uruguay 1, Estados Unidos 2 y no especificado en 4).
La mayoría (90,9%) manifestaron haber asistido al menos a 1 curso con procedimientos en directo; el 45,5% lo hicieron además como operadores. El 39,4% asistieron a 2-3 cursos de este tipo el último año y el 22,2% a más de 3. La puntuación media respecto al valor educativo de los procedimientos en directo visualizados en cursos médicos fue de 4,02 ± 0,90. En relación a la seguridad, la media fue de 3,55 ± 1. Respecto a los procedimientos divulgativos en directo, la puntuación media fue de 2,72 ± 1,22 (figura 1). Entre los factores más relevantes considerados por los participantes para puntuar como lo hicieron se mencionan potenciales distracciones (54,2%), manejo diferente del habitual (46,9%), valor educativo global (38,5%) e impacto de la financiación (24%).
Respecto a guías o recomendaciones específicas para la organización o realización de cursos o procedimientos en directo, solo el 19,2% manifestó conocer documentos al respecto.
Como sugerencias para mejorar la seguridad destacó principalmente minimizar las distracciones, entrenando a operadores y moderadores; participación de profesionales con mucha experiencia, evitando preguntas y discusión con operadores durante el caso, permitiéndolas solo antes y después del procedimiento.
Además, se señalan la importancia de adaptarse a las guías de práctica clínica sin cambiar la actitud por ser un caso transmitido en directo, no realizar casos muy complejos y utilizar una lista de comprobación (checklist). De hecho, este podría ser un escenario muy apropiado para técnicas de simulación (ordenadores, maniquíes, etc.), cada vez más vigentes y desarrolladas con los avances tecnológicos.
En cuanto a los procedimientos transmitidos en directo con propósitos de divulgación general, los profesionales son mucho más críticos; algunos los desaconsejan abiertamente y cuestionan su valor didáctico en comparación con un caso grabado previamente. Sin embargo, es destacable que ninguno identificó el posible riesgo médico-legal incrementado para el profesional. Tampoco se percibió como problema el potencial detrimento de la confidencialidad o intimidad del paciente.
Como limitaciones, la tasa de respuesta fue baja (27,5%) y la muestra fue muy heterogénea. Además, no se dispone de parámetros que informen sobre la representatividad de los resultados, lo que puede traducir cierto sesgo de selección al ser profesionales más interesados en el tema. No obstante, es un estudio exploratorio que busca motivar la reflexión científica.
En conclusión, los participantes en el estudio LIVE se mostraron de acuerdo con la realización de este tipo de cursos para formación médica, por su valor didáctico manteniendo la seguridad de los pacientes, aunque manifiestan menos aceptación de su uso divulgativo para la población general y sugieren otro tipo de aproximaciones docentes.
FINANCIACIÓN
Este trabajo no ha recibido financiación.
CONFLICTO DE INTERESES
Ninguno.
BIBLIOGRAFÍA
1. Millat B, Fingerhut A, Cuschieri A. Live surgery and video presentations:seeing is believing but no more:a plea for structured rigor and ethical considerations. Surg Endosc. 2006;20:845-847.
2. Fajadet J, Shelley W, Wijns W. Live-case demonstrations:putting patients aside. Eur Heart J. 2017;38:3173-3176.
3. Eliyahu S, Roguin A, Kerner A, et al. Patient safety and outcomes from live case demonstrations of interventional cardiology procedures. JACC Cardiovasc Interv. 2012;5:215-224.
4. Waksman R, Thomas M, Gloekler S, et al. The impact of live case transmission on patient outcomes during transcatheter aortic valve replacement:results from the VERITAS study. Cardiovasc Revasc Med. 2014;15:63-68.
Autor para correspondencia: Cardiología Intervencionista, Hospital Clínico San Carlos, Prof. Martín Lagos s/n, 28041 Madrid, España.
Correo electrónico: ibnsky@yahoo.es (I.J. Núñez-Gil).