Mujer de 85 años con angina inestable que presentaba lesiones graves y muy calcificadas en las arterias coronaria derecha proximal (figura 1A, asterisco) y descendente anterior proximal-media (figura 1B, asterisco).
Se realizó aterectomía rotacional con el sistema RotaPro (Boston Scientific, EE.UU.) en la coronaria derecha (figura 1C) y se implantó un stent farmacoactivo, con buen resultado (figura 1D) confirmado mediante ecografía intracoronaria (figura 1E). Se obtuvo el consentimiento informado de la paciente.
Tras sondar el tronco coronario izquierdo (TCI) se cruzó la guía a la descendente anterior. Se avanzó una oliva de 1,5 mm en modo dynaglide hasta el TCI, momento en que el catéter guía se extubó y se produjo una perforación Ellis-III en el TCI (figura 2A, asterisco; vídeo 1 del material adicional); es posible que una deformación inadvertida de la guía dirigiera la oliva hacia la pared del vaso. La paciente presentó taponamiento cardiaco, que fue tratado con pericardiocentesis. Se implantó un stent recubierto PK-Papyrus (Biotronik, Alemania) de 4 × 15 mm en el TCI sin enjaular la bifurcación (figura 2B). Sin embargo, se mantenía una discreta fuga de contraste (figura 2C, asterisco). Tras posdilatar con balón de 4,5 mm, la perforación quedó sellada (figura 2D; vídeo 2 del material adicional). La paciente evolucionó favorablemente.
Las perforaciones coronarias del TCI son excepcionales, pero pueden ser mortales. El inflado prolongado con balón en esta localización es mal tolerado, por lo que el implante rápido de un stent recubierto puede ser la mejor alternativa. Hasta donde sabemos, esta es la primera perforación descrita de TCI con aterectomía rotacional resuelta con un stent Papyrus.
FINANCIACIÓN
No financiado.
CONFLICTO DE INTERESES
R. Moreno es editor asociado de REC: Interventional Cardiology; se ha seguido el procedimiento editorial establecido en la revista para garantizar la gestión imparcial del manuscrito.